Ella decidió no volver a levantar la mirada en su presencia, para evitar afrontar la verdad a la cara, esperando así que el sufrimiento fuera amasándose lentamente en su interior.
No miraba pero sí escuchaba; no podía ser sorda. No quería prestar atención ni nada que la enfureciese más...Fue su voluntad por no estar mal la que venció en esos momento...y tuvo paz...Levantó la mirada segura de si misma. Ni siquiera esa persona tenía el peso de su corazón...
Una puerta cerrada, una llave perdida, y una nueva forma de abrir aquella cerradura que se prometió para siempre cerrada. Silencio salieron de las paredes de aquella habitación. La soledad se seguía sintiendo después de tantos años. La misma confusión que tanto la había hecho sufrir. Tristeza por deshacer pasos que juró olvidados. El olor a talco que desprendía el polvo depositado sobre aquel baúl y la sensación de suavidad sobre la yema de sus dedos le provoca una añoranza insoportable de controlar La niña sigue sentada sobre el quicio de aquella puerta rota, buscando en el espesor de la habitación alguna razón que le sirva para dejar la puerta abierta...
Sí Quisiera saber más sobre tí. Toda una vida luchando contra tus secretos, sufriendo en ignorancia. Sí... Me escondo tras la ventana, rebuscando un sólo resquicio que me asegure tu bienestar. Sí... Me gustaría ser quién te apoye, pero el dolor aún reside en mí, me pesa, me arrastra... Sigo buscando letras que no me pertenecen, por el simple ego de un amor perdido. Quisiera soltar amarras, pero la niña no dejará que se pierdan todas esas lágrimas amargas.
Y sin tener una línea directa, sabemos dónde dar el uno con el otro. Sin palabras. Sin señales... Siendo canales demasiado ocultos para continuar con ellos. Siendo una falsa que nos creamos en torno a la nada.
No miraba pero sí escuchaba; no podía ser sorda. No quería prestar atención ni nada que la enfureciese más...Fue su voluntad por no estar mal la que venció en esos momento...y tuvo paz...Levantó la mirada segura de si misma. Ni siquiera esa persona tenía el peso de su corazón...
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