La lista.

Aquellos pies no volvieron a pisar esa estancia tan peculiar, pero el corazón se quedó como testigo para describir a la perfección cada rincón de sus librerías, culminantes de páginas que fueron testigos de una gran historia de pasión, tan llena de amor que nunca llegó a fraguar.

Un vestido naranja iluminaba cada paso, y unas manos traviesas buscaban recodos entre las telas, logrando dejar la curiosidad en un segundo lugar, y plasmando en su piel el recuerdo imborrable de unos labios en su espalda.

El recuerdo no lo olvida por el erotismo que desprendió cada letra que fue testigo, a pesar de ser, sin más, una más en su lista por tachar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Algo resuena

Pronombre personal

Armadura