El fin de algo que no empezó

Poco a poco, su ansia de sed fue desapareciendo, no por regocijo de hidratación, sino por perdida de fuerza en su dolorido cuerpo. El muro, frío y quebradizo, le servía de recuerdo constante para comprender que jamás desaparecería aquella sensación.

Una voz, lejana y apenas entendible, era la única compañía tras aquellas piedras, y una sensación de ahogo por la añoranza del tacto la abrazaba en su soledad.

No quedaban mas pasos para ella...

T


Comentarios

Entradas populares de este blog

Algo resuena

Pronombre personal

Armadura